La telemedicina en tiempos de coronavirus

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15 julio, 2020

La pandemia por COVID-19 aceleró el avance de la telemedicina, y gracias a las nuevas tecnologías y a la imposibilidad de salir de casa durante el confinamiento esta modalidad empezó a resultar una alternativa para profesionales y pacientes.

Así, las consultas mediante una aplicación de video o mediante un celular se multiplicaron, especialmente las referentes a la medicina general. Médicos que estaban en contra de practirar la medicina se vieron obligados a adoptarla como una laternativa para poder dar segumiento a pacientes vulnerables o pacientes que por extremar cuidados no querían acercarse a un hospital.

Las teleconsultas permiten sobre todo ahora reducir el tiempo de espera en las consultas físicas, donde los plazos se alargaron debido a las nuevas medidas de higiene y a los retrasos acumulados durante el confinamiento, además le dan al paciente la alternativa de interactuar con sus pacientes sin que éstos se sientan estar en riesgo.

La doctora Milady Pareja, gerente médica de la compañía de asistencia médica UTIM en Ecuador, indica que a través de la telemedicina se puede apoyar a los ciudadanos a despejar dudas ante casos leves o síntomas menores y guiarlos de manera oportuna en su valoración y tratamiento sin que tengan que salir de casa.

Pareja sin embargo puntualiza que ”en ningún caso, esta metodología pretende sustituir la atención médica presencial ante situaciones graves que así lo requieran y que serán determinadas por el telemédico en función de la sintomatología del paciente”.

Explica que un 60 % de los casos son patologías de complejidad leve y de tratamiento ambulatorio, que se pueden detectar y resolver mediante un exhaustivo interrogatorio clínico.

A continuación las dolencias más comunes que puede padecer un paciente que se pueden tratar a través de telemedicina:

  • Respiratorias. Gripe o resfriado común, sinusitis, asma, rinitis, faringitis, bronquitis, amigdalitis.
  • Gastrointestinales. Diarrea, estreñimiento, flatulencia, celiaquía, reflujo gastroesofágico, dispepsia.
  • Dermatológicas. Acné, psoriasis, dermatitis, alopecia estacional, melanoma, eccema, verrugas, urticaria.
  • Infecciones a las vías urinarias. Son más propensas en las mujeres que en los hombres, y puede presentar síntomas como necesidad frecuente de orinar, sensación de picazón o ardor al orinar, cambio de color en la orina, secreción.

En cualquier caso, dependiendo de la intensidad y evolución de los síntomas, el médico determinará el tratamiento apropiado para cada paciente, o en su defecto, requerirá que reciba atención presencial o sea atendido en una casa de salud.

Por otra parte, el paciente podría ayudar mucho al médico en la teleconsulta si cuenta en casa con implentos de baja complejidad como un termómetro para verificar su temperatura, o un tensiómetro para medir la presión sanguínea. Con la llegada del COVID-19 en los últimos meses además empezaron a tener mucha relevancia los oxímetros, aparatos que sirven para medir la saturación de oxígeno en la sangre.

Desventajas de la telemedicina

  • La principal es que la relación médico-paciente es prácticamente nula debido a que todo se trata a distancia, por lo cual muchos afirman que en esta forma de atención resulta muy difícil que exista la empatía médica, uno de los grandes problemas de la profesión en la actualidad y que inclusive ha sido motivo de discusión.
  • Otra desventaja es que la telemedicina sólo suele funcionar como un suplemento del médico general pero no del especialista. Debido a que todo se realiza a distancia, resulta muy complicado lograr diagnósticos específicos.
  • Existen pacientes y hasta profesionales de la salud que se resisten al manejo de la tecnología. Esta incidencia es más común en personas de edad avanzada, sobretodo porque no se domina su manejo, pero con una cuidadosa preparación se pueden disminuir estas dificultades.

Fuentes:

https://www.eluniverso.com/larevista/2020/06/10/nota/7867743/enfermedades-que-se-pueden-tratar-traves-telemedicina

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